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Un lugar en el parque. Julia Otxoa

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Presentación de Mínima Expresión. Una muestra de la minificción venezolana.

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Jornada de Microficción en la Feria del Libro de Buenos Aires


Sala Julio Cortázar
3 de mayo de 18:30 a 22:00 hs
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La vida sobre ruedas. Rogelio Guedea


Bajando la colina de Brockville hay un camino de terracería que desemboca en un río. A veces, cuando hay sol y no se arremolinan los vientos antárticos, mi hijo y yo hacemos el trayecto en bicicleta. Me gustan los paseos en bicicleta porque nunca será lo mismo ver el mundo sobre cuatro ruedas que sobre dos. Yo mismo llego a diferentes conclusiones cuando voy en autobús que cuando lo hago en motocicleta. La vida, en bicicleta, me parece más suave y menos contrariada, es más fácil vivirla sintiendo el aire fresco de la mañana o escuchando los pajarillos que cantan en la rama de los árboles. Además, en bicicleta uno necesita siempre conservar el equilibrio, para no caer. Uno no puede distraerse en cualquier cosa o descuidar un instante el rumbo porque corre el riesgo de quedar varado a la orilla del camino, tal como cuando somos injustos, corruptos o represores. Pies, manos y cabeza tienen que salvar sus diferencias si no quieren irse de bruces en la primera piedra o bache. Por eso los paseos en bicicleta se parecen mucho a la vida y a vivir, porque si bien un día padecemos una cuesta insufrible, otro –como éste- bajamos con los brazos abiertos y los ojos cerrados una empinada que, en cada nueva avanzada, se vuelve a renovar.
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El alpinista. El inmortal. El prófugo. Víctor Montoya

El alpinista

Alcanzó la cima más elevada de la montaña. Miró el vacío que se abría a sus pies y se lanzó en honor a su hazaña. El eco de su grito rodó entre las peñas y su cuerpo, precipitándose como una piedra, se fue achicando, achicando y achicando. Se hizo un puntito negro y luego nada.





El inmortal


Cada vez que atenté contra su vida, se salvó de la muerte. Por eso, decidido a poner fin a mi pesadilla y acabar con él de la manera más rápida y efectiva, me armé de una pistola de caño corto, lo abordé en la calle, le apunté en la cabeza y le disparé un tiro a bocajarro. Él me miró tranquilo, abrió la boca y escupió la bala.


El prófugo


–¡Alto!

El prófugo siguió corriendo.

¡Pum!...

El prófugo cayó de bruces.

La sangre siguió corriendo.
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El disparo de argón. Juan Villoro



Un hombre recorre el desierto y al cabo de días infinitos encuentra un objeto brillante en la arena. Es un espejo. Lo recoge y, al verse reflejado, dice: "Perdone, no sabía que tenía dueño".
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Construyendo ilusionismo concentrado: Minificción y Micromagia. Eduardo Gotthelf


LOS MAGOS Y LOS ESCRITORES
En épocas oscuras se creía que habían hecho un pacto con el diablo.
Lógicamente, eran torturados y muertos.
Pero en estos tiempos los magos ya no corren ese peligro.

 

Artes aparentemente tan distintas como la Minificción (MF) y la Micromagia (MM), tienen sin embargo grandes semejanzas. Ambas generan pequeñas (por su extensión) obras de ficción, de engaño consentido. En mi opinión, también comparten otras características, y utilizan algunas técnicas similares.
Hace cincuenta años que soy aficionado a la magia y escribo narrativa breve desde hace veinte. En el conjunto de los aficionados a la magia soy apenas uno más; e idéntica posición ocupo en el conjunto de quienes escriben MF. Pero el subconjunto, intersección de los dos anteriores, no está muy poblado. En ese espacio se genera, sin intención de teorizar, el análisis expuesto aquí.  Simplemente aprovecho mi acercamiento a ambas disciplinas, para acercarlas.

Qué es la magia

Para evitar interpretaciones erróneas, cuando me refiero a la magia hago alusión a lo que se denomina prestidigitación, magia blanca o ilusionismo, que según la Real Academia Española, es “el arte de producir fenómenos que parecen contradecir los hechos naturales”.
Algunos fenómenos de ilusionismo que contradicen hechos naturales son, por ejemplo:
Producción: algo aparece de la nada. Desaparición: algo se desvanece. Teletransportación: algo va de un lugar a otro. Penetración: un sólido atraviesa otro sin dañarlo. Levitación: ausencia de gravedad. Restauración: algo roto o dañado reaparece sano, con lo que se retrocede en el tiempo. Transformación: algo muta, ya sea de forma, de color, de elemento.
Existen muchas clasificaciones de magia, algunas muy detalladas, según su especialidad. Pero mencionaré sólo los tres grandes tipos:
1-Magia teatral o escénica, que se realiza desde el escenario de un teatro, circo, o en grandes espacios, con un importante despliegue de recursos;
2-Magia de Salón, que se realiza en recintos más pequeños, muchas veces al mismo nivel del suelo que el público;
3-Micromagia, palabra que ya usó José Ketzelman (1964) para dar nombre a uno de sus libros. También se denomina Magia de Cerca, o modernamente “Close Up”, en la que el artista se encuentra muy cerca de las pocas personas –a veces una sola – que componen su audiencia. Por lo general utiliza para sus juegos elementos de uso cotidiano, como monedas, cartas, pañuelos, navajas, fósforos, papel, cubiletes, bandas elásticas, dedales, bolitas, cigarrillos, etc.
Decía Fu Manchú “Los ojos son más veloces que las manos, y a su vez el cerebro es más veloz que los ojos. Por eso hay que atacar el cerebro. La magia es entonces, sorpresa. Sobre todo, sorpresa.” (1988:400). Mi propia definición reza “Magia es el arte de la improvisación, estudiada hasta el último detalle”.  
El público de nuestros días ha perdido cierta capacidad de asombro, en parte debido a los efectos especiales que nos propone el cine, y que en gran medida pueden ser usados en las llamadas “grandes ilusiones” de la magia escénica. Pero cuando, micromagia mediante, sucede un acto imposible bajo sus propias narices, o incluso entre sus propias manos, experimenta un asombro renovado.

Las semejanzas

Analizaré los paralelismos entre MM y MF, y en algunos casos, sus diferencias con la magia teatral y con otras formas genéricas ficcionales, respectivamente.
La característica más evidente es la brevedad. En lo que hace a la MF, entra en su definición. En el caso de MM, los juegos, que no pueden utilizar los complementos que existen en un espectáculo teatral, son también breves. Las sesiones de MM también lo son, ya que un espectador puede permanecer dos o más horas disfrutando de un espectáculo de magia en un teatro, pero no soportaría el esfuerzo de tener un mago, prácticamente encima de él, haciendo cosas que lo divierten y sorprenden, pero también lo marean y confunden.
Tanto en MM como en MF hay muy poco tiempo para seducir. Esto exige acciones sumamente eficaces y concentradas. La eficacia consiste en lograr los objetivos propuestos. Esta definición, válida para todos los aspectos de la actividad humana, también se aplica a la escritura de otros textos literarios y a un acto de magia. Pero en el caso de MM y de MF, es fundamental incluir el concepto de eficiencia, que representa la economía de medios. La magia teatral puede incorporar grandes aparatos, cuerpos de baile, efectos de luz y sonido, humo, bonitas asistentes, etc. En MM no existen estos vistosos complementos. Las herramientas del mago son, en ese caso, su habilidad para manipular pocos objetos y la mente del espectador.
En un cuento o en una novela se pueden llenar muchas páginas. Pero en MF está limitada la materia prima. Las herramientas del escritor son, en este caso, su habilidad para manipular pocas palabras y la mente del lector. Un ejemplo propio:

LÁGRIMAS DE MUJER

Mi mujer, a mi lado, llora. No puedo consolar sus lágrimas de viuda.

 

Defino otro rasgo característico de ambas disciplinas como densidad de contenido. En MF se debe decir mucho en pocas palabras, lo que conduce a una importante concentración. No hay tiempo, sólo se debe destilar lo esencial para ser eficaz. En MM se debe fascinar rápidamente, captar la atención de ese público muy cercano. Al no contar con más apoyo que la voz del mago (volveré sobre esto luego), también se producen los efectos de modo mucho más rápido, y por ende, concentrado. El mismo juego, sobre un escenario, en general toma más tiempo.
No diré que escribir una MF lleva más trabajo que escribir otro tipo de textos de ficción. Sin embargo, si se pudiera definir un indicador de “densidad de trabajo de generación”, calculado como el tiempo total de escritura (incluido el tiempo de corrección) dividido el tiempo de lectura, supongo que la MF estaría en el tope de las estadísticas. Del mismo modo, preparar un espectáculo de magia teatral lleva muchísimo más tiempo que preparar un solo juego de MM. Pero si se divide el tiempo de preparación invertido por el mago, por el tiempo de ejecución, posiblemente la MM demostrará valores más altos. 
Como respaldo a esta afirmación, debo decir que la magia teatral se basa más en elementos trucados que en la habilidad manual; en cambio en MM se usan menos elementos trucados, y mucha más habilidad manual. Esto exige una práctica intensa y permanente.
Existe una subdivisión de la magia, que se llama “Manipulación”, que logra sus efectos empleando exclusivamente la habilidad manual. El autor Wenceslao Ciuró opina: “Los manipuladores son los poetas de la magia” (1960: Contratapa). Interesante comparación. Aclaro que en este punto, la palabra “manipular” tiene exclusivamente el significado de “operar con las manos”. Los objetos que se utilizan no pueden exceder demasiado el tamaño de una mano, y este tamaño no es adecuado para una sala teatral.
La MF tiene la posibilidad de llegar a un gran público a través del invento de Gutenberg. Por su parte la MM, concebida para pocos espectadores, puede ser reproducida a través de una cámara de cine o de televisión. Este ojo, que no tiene cerebro, pero sí memoria, exige consideraciones especiales para el mago, que escapan a los alcances de este trabajo.
Por otra parte, tanto MM como MF están al servicio del efecto. Son tan breves que no pueden darse el lujo de pasar desapercibidos. “La MF es una estocada”, dice María Cristina Ramos (2007:2). El efecto es tanto inmediato (a través del desenlace), como residual. El sujeto queda regurgitando lo que leyó. Afirma Laura Pollastri, “el microrrelato es un mínimo manjar envenenado” (2007:5).
Así como hay quienes consideran a la MF un género menor, también hay quienes consideran la MM como un género menor, casi de entrecasa. Lo único que se puede hacer, es no coincidir. 
No hay una manera de medir el efecto, pero se podría comparar ese tiempo de reverberación con el tiempo de exposición  (ejecución del juego o lectura). Un juego de MM o la lectura de una MF pueden consumir un par de minutos. La imagen generada puede quedar dando vueltas por mucho tiempo.
Hay que señalar que el efecto no reemplaza, sino que refuerza la razón de ser de lo exhibido. En el caso de MM, entretener. En el caso de MF, decir (y también entretener). Un ejemplo propio:

MANCHA 4

—Acá están tus cigarrillos —señaló. Y delineó una circunferencia en un lugar de la mancha. —Esto es lo que vamos a extirpar.

 

Tanto en MM como en MF se entrega información limitada, sólo se ve la punta del iceberg. En MM hay una cantidad de movimientos secretos, elementos trucados, y artefactos escondidos, cuya existencia posibilita el efecto. MM y MF no entregan imágenes completas o detalladas. Justamente por eso creo que funcionan a semejanza de las manchas de un test de Rohrschach: el partícipe pone en juego una dosis muy alta de su propia subjetividad, y con ella misma se identifica. Se logran así imágenes de gran pregnancia.
Además, las manchas del test son fijas, en cambio las nuestras son dinámicas, se modifican continuamente. De este modo, nuestro sedal ofrece múltiples anzuelos.
Si bien espectador y lector siempre participan, en MM y en MF la exigencia de participación es mucho mayor.  En el caso de MF, se debe a las características propias de este tipo de textos. En lugar de una estocada o de un manjar envenenado, yo tengo la mucho menos poética imagen de un cubito de caldo. Considero a la MF como un producto tan concentrado que el lector, para consumirlo, debe completar el volumen.
En un teatro o un salón, a lo sumo un par de personas pueden ser invitadas a subir al escenario, y sólo estarán allí por un tiempo limitado. Los demás quedan en sus butacas, sin abandonar el rol de espectador anónimo. En cambio en MM hay una relación más cercana, el mago trabaja al lado de él, con él, sobre él. Lo convierte al mismo tiempo en ayudante y sujeto, lo que determina una intensa participación.
Las características ya enunciadas exigen una gran precisión en la ejecución, en palabras y en movimientos. Nada debe faltar ni sobrar. Un mínimo error puede echar todo a perder. El juego, o el texto, deben funcionar como un mecanismo aceitado y perfecto. Esto exige un gran trabajo de preparación, de obsesivas correcciones y permanente práctica.
Otro ingrediente fundamental es el humor, enzima que nos ayuda a digerir la realidad. Sin esa dosis de digestivo, ella sería demasiado difícil de procesar. Como no hay tiempo para preparar al lector, un mensaje duro en MF, entregado sin humor, podría aparecer como demasiado agresivo. Un acto de MM, milagro que sucede bajo las narices del espectador, si se realiza sin humor, podría ser tomado por éste como un intento de demostrar algún tipo de superioridad del mago, y por ende, resultar también agresivo. Un ejemplo propio:

COHERENCIA

A principios de 1949, después de leer algunos escritos tempranos de Sartre, el filósofo Klaus Dübbeldorf fundó la Escuela Alemana de Solipsismo Esencial. En octubre del mismo año un primer alumno solicitó su admisión. Fiel a sus principios, Dübbeldorf lo rechazó.

 

Como se sabe, las pocas palabras de una MF se respaldan en las muchas que ha leído o escuchado el lector. La MM también se respalda en conocimientos previos del espectador: debe conocer las leyes físicas y las propiedades de los materiales (que hemos de burlar), el curso del tiempo (que hemos de volver atrás), y conocer los elementos con los que trabajamos, por ejemplo la forma de las cartas, la composición del mazo, los puntos de los dados, etc.

Algunas técnicas de MM aplicables a MF

Los conocimientos previos de un lector o espectador no solo ahorran palabras o explicaciones, sino que le permiten ubicarse y completar el cuadro. Ve la parte, e imagina el todo, haciendo uso de la Gestalt. Un todo, entre los muchos posibles. Pero en MM casi siempre, y en MF algunas veces, le vendemos la parte por el todo. Luego entregamos otro dato, y lo obligamos a reconstruir y resignificar ese todo. En ese momento aparece el conejo, o la intención del texto.
Ciertos espectadores observan atentamente al mago, para  descubrir “cómo lo hizo”. Si no saben lo que va a suceder, esa observación se dificulta. En magia no se debe anticipar el final, esto es casi una ley, cuyo incumplimiento disminuye el impacto. Si el mago anuncia “voy a convertir este pañuelo en paloma”, aunque lo haga, logrará un efecto mucho menor.
Esta ley es totalmente aplicable a la MF. Al ser tan cortos los textos, anticipar el final implica que el lector sabe hacia donde vamos.  En mi opinión, el desenlace, creíble y esperable, debe ser inesperado. En lo posible, sugiero que la clave, la herramienta para resignificar el texto, esté en la última palabra, o a lo sumo, en la penúltima. Un ejemplo propio:

EQUIVALENCIA

Desconsolado por la temprana muerte de su esposa, a los seis meses de casados, recorrió el mundo en busca de mujeres de similar aspecto, edad, educación y carácter. Eligió a la más parecida, la enamoró y se casó con ella.

Seis meses más tarde, la nueva esposa también se suicidó.

 

Tanto en MM como en MF es habitual jugar con la incertidumbre. Espectadores o lectores reciben el impacto. Pero como no se devela el secreto, ni se entregan más datos, la incertidumbre persiste. En un caso “¿cómo lo hizo?” y en el otro “¿qué, (o qué  más) me está diciendo?”. Considero que es justamente esa ecuación sin resolver, la que instala y provoca el efecto residual. Nos encontramos con un acertijo, al que siempre le falta la leyenda “la solución en el próximo número”.
Las acciones de un mago deben realizarse con cierto ritmo. Sus movimientos deben ser fluidos y sobre todo resultar naturales, para que no se note en qué momento hace el truco. Esta ley puede leerse, casi sin modificaciones, desde la MF.
La Misdirection (“dirección equivocada”), consiste en hacer surgir el interés del público sobre un objeto, persona o situación fuera del truco, sobre todo durante esos momentos en los cuales se hace el manejo secreto. De esta manera, la ejecución de la trampa se hace indetectable. Esta distracción debe captar el interés del espectador, y atraer su pensamiento.
En MM la misdirection tiene mayor peso que en magia teatral: la cercanía del espectador así lo exige. Debe ser un continuum,  a través de la palabra, los movimientos, los gestos, las miradas. En MF con frecuencia enviamos al lector por un camino equivocado (como sucede también en la novela policial). En realidad nunca lo enviamos, pero le damos señales lo suficientemente ambiguas como para que se pierda. Por ejemplo, usando la polisemia o el título, que, si bien según David Lagmanovich “orienta la lectura y elimina un cierto porcentaje de la ambigüedad inherente a la mayor parte de estas construcciones…” (2006:314), en algunos casos funciona también como herramienta de misdirection. Un ejemplo propio:

FIERRO
–Martín se puso a cantar– trajo la novedad.
–¡Por fin aflojó!– dijo, con satisfacción, el milico. Y ordenó: –Indio, sentalo en la silla y desconectá el fierro.

 

También el humor puede ser una herramienta de misdirection, que nos distrae mientras penetra la aguja, inoculando otro sentido, tal vez profundo y a veces trágico.
En magia es de uso muy frecuente lo que se llama “elección forzada”. Consiste en un conjunto de técnicas que logran que el espectador elija, en forma aparentemente libre, lo que el mago en realidad le impone.
En MM un número, una carta, un color, elegidos “voluntariamente”, y remarco las comillas, darán más realce al juego. El espectador se ve forzado a convertirse, sin saberlo, en cómplice. En magia teatral, en cambio, el público generalmente no participa de este modo.
En MF se podría encontrar la elección forzada en varios aspectos, como por ejemplo, el camino de interpretación (o de confusión) que le ofrecemos. Pero la más característica es la intensidad de la propia actividad del lector, su propia obligada participación. Elige leer un texto, e inmediatamente lo ponemos a trabajar. A veces duramente.
Considero el summum de la elección forzada cuando el espectador elige realmente, con toda libertad, y el juego igual funciona. El paralelo en MF diría: el  lector elige cualquier interpretación, y el texto igual funciona. Es decir, aunque se realicen elecciones libres, el resultado final será el mismo (ruego encarecidamente no sacar esta frase de contexto).
Los ejecutores de MM acompañan, por lo general, cada juego con una historia que lo hace más atractivo. Dai Vernon sugería que todo juego debía tener una historia que le diera un "emotional appeal" (1992).  Estas historias, que se pueden entender como minificciones, embellecen el juego. Además funcionan en gran medida como misdirection: distraen, atacando directamente al cerebro.
Así como he señalado semejanzas, no puedo dejar de mencionar dos diferencias importantes: 1- Una ley de la magia prohíbe repetir un juego en la misma sesión, salvo que sea realizado a través de un principio diferente. En cambio la MF no sólo permite, sino que muchas veces exige, una segunda lectura. 2- El mago está presente para apoyar su obra, y en MM puede modificarla según el feedback que reciba del espectador. El autor, en cambio, la deja sola. Como desconoce las reacciones del futuro lector, debe dejar, en cada texto, un terreno minado.

Conclusiones

En honor al rigor científico, debo decir que las afirmaciones de este trabajo probablemente no se apliquen a todos los textos de minificción. Sin embargo, encuentro elementos comunes que me resultan, no sólo evidentes, sino bastante reveladores (al menos de mi propia manera de escribir).
Según el diccionario de la RAE, la primera acepción de ilusión es “concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”. Si el creador de ilusiones es escritor, hará sugerencias a la imaginación; si es mago, las creará a través del engaño de los sentidos. Parecería que ambas artes entran en la misma acepción.
Este análisis del paralelismo entre MM y MF podría iluminar, desde un ángulo distinto, algunos aspectos de este tipo de textos. Tal vez hasta pueda aportar claves para su construcción. Pero no lo sé. La incertidumbre sigue.


Bibliografía
Buffum, Richard. The Vernon Chronicles - Dai Vernon a Magical Life. Edición de Bruce Cervon y Keith Burns, 1992.
Ciuró, Wenceslao. Magia elemental, Edición de Wenceslao Ciuró, Madrid, 3ª ed, 1960.
Fu Manchú (David Bamberg).  Illusion Show: A life in magic, Meyerbooks, 1988.
Ketzelman, José. Micromagia. Edición de José Ketzelman. 1964. 
Lagmanovich David, El microrrelato. Teoría e historia. Menoscuarto Ediciones, Palencia, 2006.
Pollastri,  Laura “Una escritura de lo intersticial: las formas breves en la narrativa hispanoamericana contemporánea”, en Inés Azar, ed., El puente de las palabras: Homenaje a David Lagmanovich. Washington: Organización de los Estados Americanos, 1994; pp.341-352.
Pollastri, Laura. El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino contemporáneo. Edición de Laura Pollastri, Palencia: Menoscuarto. Col. Reloj de Arena, 2007.
Ramos, María Cristina. Artículo Acerca de microficciones, Diario Río Negro, 11 de septiembre de 2007, Suplemento Cultural.

N. del A.: Debo pedir disculpas por la escasez de notas bibliográficas. No he encontrado trabajos que toquen específicamente este tema. Además, hace años todos mis libros de ilusionismo desaparecieron (tal vez por arte de magia). Muchas de las referencias corresponden a datos rescatados de mi memoria.
Las minificciones que ejemplifican este trabajo son propias. Los textos “Mancha 4”, y “Coherencia” pertenecen al libro Cuentos Pendientes, Editorial Ruedamares, Colección Minificciones, 2007.
Los textos “Los magos y los escritores”, “Lágrimas de mujer”,  “Mentira histórica” y “Fierro” pertenecen al libro Principio de Incertidumbres, inédito a la fecha de presentación de este trabajo.


Ponencia presentada en el Vº Congreso Internacional de Minificción. Universidad del Comahue. Neuquén, Argentina, Noviembre de 2008.
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Premio de microrrelatos Por favor, sea breve. Páginas de Espuma



Premio de microrrelatos Por favor, sea breve convocado por la editorial Páginas de Espuma y el Taller de escritura creativa de Clara Obligado 
BASES: 
1.ª.- Podrán concurrir al Premio de microrrelatos “Por favor, sea breve” todos los escritores y escritoras, cualquiera que sea su nacionalidad, que presenten obras escritas en lengua castellana.
2.ª.- Los textos deben comenzar con la siguiente frase: “Por favor, sea breve, dijo…” y ser inéditos y originales.
3.ª.- La extensión de los textos no debe superar los 500 caracteres, excluyendo el título.
4ª.- Los textos deben enviarse por correo electrónico a porfavorseabreve@ppespuma.com indicando en el asunto del mail “Premio de microrrelatos Por favor, sea breve”
5.ª.- El plazo de admisión de originales se cierra el día 16 de mayo
6.ª.- Las obras habrán de ir tituladas y firmadas y a continuación deberán aparecer los siguientes datos: nombre y apellidos del autor, número de NIF o número de pasaporte en caso de que su nacionalidad no sea española, dirección de domicilio, número de teléfono y correo electrónico.
7.ª.- Se establece como premio la publicación de los 20 textos finalistas en una edición no venal editada por Páginas de Espuma.
8.ª.- El Jurado estará formado por Raúl Brasca, José María Merino y Ana María Shua. El fallo del Jurado será inapelable.
9.ª.- La organización del Premio se reserva el derecho de hacer público el nombre de los finalistas con fines informativos y promocionales del premio.
10.ª.- El fallo del jurado se hará público el día 13 de junio de 2010, en la Feria del Libro de Madrid.
11.ª.- La presentación de la obra al Premio objeto de esta convocatoria implica necesariamente la aceptación íntegra e incondicional de las presentes Bases por parte de su autor, suponiendo el incumplimiento de las mismas la exclusión del concurso.
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Texto ganador del evento Nerdades Ficticianas del mes de Marzo





En el taller de minicuento de Ficticia hemos iniciado eventos de análisis y critica de la minificción. En ella se reciben comentarios sobre la lecura de artículos publicados y que nos consoliden los conocimientos teóricos del tema.



El evento mensual de Marzo recibió mas de una decena de aportes donde se analizan y dan puntos de vista sobre el artículo "Para analizar la Minificción" del maestro Lauro Zavala.



El título del evento de marzo fue: NERDAD FICTICIANA II: ¿DE VERDAD ESCRIBIMOS MINIFICCIONES?



Una vez que enviamos los textos que el propio Lauro denominó "ensayos ultracortos" recibimos el presente veredicto.



Sobre los textos de marzo.

Al leer estos textos se puede observar que los ficticianos han leído y escrito y pensado sobre su escritura. Estamos ya muy lejos de los primeros concursos de Ficticia, cuando la visión sobre lo breve era muy inocente. La lectura de estas contribuciones a la discusión ha sido una experiencia muy gratificante. Y como cada uno de estos textos tiene una lógica propia, elegir un texto entre todos sólo puede hacerse con un alto grado de arbitrariedad. Pero entiendo que ésa es la lógica de todo concurso. Entonces propongo seleccionar el texto que me pareció uno de los más irónicos y lúdicos de este grupo (el texto de José M. Nuévalos), donde se alude al cine para hablar de literatura. En este texto, como en todos los demás, no se pretende llegar a una definición definitiva, sino ensayar algunas ideas. Aquí yo propongo abrir una sección permanente de Ficticia para continuar estimulando la escritura de este género (el ensayo ultracorto). Y como en todo proceso creativo, en estos trabajos no se pretende tener la razón, sino tan sólo ser razonable.



Saludos cordiales



Dr. Lauro Zavala.






He Aquí el texto ganador.



Nerdad Ficticiana II ¿De verdad escribimos minificciones?


Jean-Luc Godard, uno de los cineastas más influyentes del siglo XX, dijo una vez: “Todo lo que necesitas para hacer una película es una pistola y una chica”. Más tarde, preguntado por otro colega director si admitía al menos que un filme debía contar con comienzo, nudo y desenlace, Godard respondió: “Sí, pero no necesariamente en ese orden”.


Nosotros, faranduleros charlatanes de un circo de tres pistas, a la hora de poner en pie una minificción, muchas veces ni siquiera podremos contar ni con la chica, ni con la pistola. Sin embargo, como se suele decir: a la fuerza ahorcan, y haciendo de la necesidad virtud, o tal vez porque, al parecer, la necesidad crea el órgano, deberemos ser tan astutos como zorros y barajar los elementos de forma tal que sea el lector, cuando se introduzca en nuestras historias, quien ande removiendo por sus armarios y alacenas, en sus cómodas y cajones, o donde quiera que acechen sus rubias o suspiren sus piezas de artillería. Y de ahí, a todos los universos pretéritos o futuros que a nosotros se nos antoje convocar para nuestros caprichos de creadores.


También pienso, como Godard, que en una minificción no necesitamos para nada contar con exposición, desarrollo y final, pero estoy seguro (y quiero creer que Godard también lo pensaba así), que para que nuestras historias funcionen, el lector (al que ya tenemos trabajando en tareas de Producción), deberá quedar, al terminar de leerla, con la ilusión de que le hemos dado todas esas estructuras en la trama. Por lo menos, esa sensación es la que me queda a mí cuando pienso en la celebérrima brevería jurásica de Monterroso. Y es que en ningún género literario como en este, existe mayor complicidad entre lo que yo diga y lo que el lector pueda asumir de lo que digo. Y en ningún género como en este, se hace más real “la teoría del iceberg de Hemingway”, que viene a formularse, más o menos, como que un texto literario ha de ser como un iceberg y no dejar asomar más de un tercio de su cuerpo, pues los dos tercios restantes han de contar con la imaginación del lector para manifestarse. Dicho de otro modo: lo que asoma, además de mostrarse eficientemente -y por eso mismo-, debe sugerir lo que hay debajo. Por todo eso es por lo que creo que lo nuestro tiene un mucho de titiritero.


Otros tal vez prefieran hablar de Magia o Ilusionismo, da igual, también los habrá que pensarán que algunas veces escucharon voces de Musas. No sé, yo me conformaría con que las Musas les susurren a los lectores, que son, en definitiva, quienes terminan de construir aquel proyecto que alguna vez se me ocurrió presentar en forma de minificción.


Resumiendo y en respuesta a la pregunta ¿De verdad escribimos minificciones?: No lo sé, a veces pienso que sí, si es que acaso la minificción que escribo logra generar en quien la pueda leer el efecto que pretendí al escribirla. Otras veces creo que quien en realidad termina de escribir mi minificción, es el lector. En ocasiones se parecerá mucho a la que yo comencé, otras veces creo que ni su propio padre (que se supone que soy yo) la reconocería.


JOSÉ M. NUÉVALOS

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Ganadores del mes de marzo de Minificciones.com.ar

A lo largo del mes de marzo los visitantes de Minificciones.com.ar pudimos disfrutar de un excelente nivel de los más de 100 textos que nuestros lectores crearon en función de la imagen propuesta. La selección fue harto difícil y para nuestra jurado de este mes, la escritora argentina Ana María Shua, la tarea no fue nada sencilla.


GANADORA

EL SANTO GRIAL, de Javier Puche

El héroe atravesó desiertos, laberintos, junglas. Decapitó minotauros y cíclopes. Cayó en telarañas gigantes. Trepó árboles infinitos. Hasta que finalmente, ya anciano, encontró el Santo Grial. Lo custodiaban un monje y un dragón. “Si bebes de esta copa”, dijo con gravedad el monje, “vivirás eternamente”. En el rostro decrépito del héroe se dibujó una sonrisa. Al parecer, no había sacrificado en vano su existencia, donde nunca hubo amor ni alegría, tan sólo búsqueda tenaz. “Ahora bien”, prosiguió el monje elevando la voz, “vivirás eternamente, en círculo, la misma vida que tuviste. Y no otra”. Consternado, el héroe reflexionó unos instantes. Luego se desplomó en el suelo como un títere, vencido por la tristeza, mientras las fauces del dragón exhalaban una carcajada de fuego.

PRIMERA MENCIÓN

APOCALIPSIS, de Esteban Dublin

Los santos caían como mártires, las sillas se hacían cenizas, los fieles corrían despavoridos. La espada del Arcángel Gabriel rodaba por el piso y la empuñé. Me fui en ristre contra el responsable del caos, un dragón que incineraba todo cuanto se abría a su paso. Me acerqué furiosamente contra él y le corté la cabeza con un certero golpe. La sangre manaba sin cesar mientras un quejido lastimero retumbaba por el templo. Al principio me sentí aliviado, pero luego escuché la voz de Dios. “Idiota”, dijo, “Ahora no vayas a matar a los siete caballos”.

SEGUNDA MENCIÓN

LA ETERNA BROMA DE SAN AUGUSTO, por Luís Gonzalí

El golpe con la espada fue certero. Del cuello de la bestia salían borbotones de sangre mientras ésta se desplomaba inhalando su último aliento. Complacido por el favor de Dios, él sonrió, se hincó cerrando los ojos y elevó unas plegarias.
A la mitad del décimo padrenuestro, sintió un hálito de fuego en su oreja izquierda. En ese momento San Jorge despertó, y el dragón seguía ahí.


Para aquellos interesados, ya está subida la imagen correspondiente al mes de abril en nuestra sección habitual para concursar.


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Anuncios clasificados de Miguel Gomes (vía Prodavinci)

GENEALOGÍAS
Si hubieses nacido en Grecia, ya serías mitología: el color de ojos de tu abuela; la frente y la nariz de tu padre; la boca de tu madre; las orejas y el cabello, obviamente, de tu tía (que en paz descanse).
Lo más difícil será averiguar si te pareces a ti mismo o si eres, más bien, el monstruo de todos

PSICOTERAPIA (I)
—…basta de preliminares. Abra el inconsciente y diga: aaaaaaaaaaaaaaaa
    PSICOTERAPIA (II)
    —En mis sueños hasta el buque fantasma se va a pique.

    HIJO, TENGO QUE CONFESARTE ALGO
    La versión hebrea de este relato habla de un dios con gran sentido de la organización que dedicaba cada día de la semana a inventar algo distinto. Al hombre lo formó de arcilla y de una costilla le desprendió la mujer.
    La versión maya-quiché asegura que hubo tres intentos: primero, la arcilla, pero llovió; segundo, el palo, pero no hubo bastante inteligencia; tercero, el maíz —y le dieron el visto bueno.
    Los romanos y quizá los griegos hablaron de un Prometeo llamado en latín plasticator que, en un acto de rebeldía, se atrevió a forjar seres humanos contra la voluntad divina.
    Yo, en cambio, soy el fruto de un error.

    LO QUE FRANZ NO PUDO CONTAR (I)
    Una mañana el escarabajo amaneció convertido en checo que se llamaba Gregor. Por suerte, la metamorfosis ocurrió luego de la caída del muro de Berlín: el mundo estaba en calma y nadie padecía dolores de conciencia.
    A sus ex parientes, incluido el oscuro y detestado insecto que era su padre, Gregor les ha echado raciones generosas de ácido bórico. No siente nada cuando los barre y tira a la basura.
    Tras un período de transición, Gregor está felizmente casado y es padre de cuatro. Ha prosperado en los negocios. Sabe un montón sobre fondos mutuales, invierte capital en la televisión digital y, últimamente, Microsoft se lo plantea como gerente de una sucursal en el centro de Europa.

    TERRORISMO
    Pasearse por la vida tiene sus riesgos; por eso, lector, aquí te entrego mis fragmentos.

    TARDE DE DOMINGO
    Algunas personas se ejercitan en el arte de ser humanas; otras se obstinan en ser parientes.
     
    UN DIFUNTO A OTRO
    —Fíjate, chico: parece que arriba todavía hay uno que practica el realismo.

    TABLA DE CONVERSIÓN
    Un divorcio equivale a tres incendios, dos temblores y un derrumbe, sobre todo cuando nieva y la madrugada se desploma en el patio.

    BREVÍSIMA RELACIÓN
    Tanto mintió, mintió tanto, Isabel como Fernando.

    HISTORIA DE CLAVOS
    Un clavo saca otro clavo, sin duda: matrimonio saca amor, divorcio saca matrimonio, cáncer saca divorcio. El cáncer no hay quien lo saque, pero igual es un clavo.
    Así nos vamos crucificando poco a poco, y sin derecho a resurrección.

    CLASE MAGISTRAL
    Prisons are built with stones of Law, brothels with bricks of Religion.
    BLAKE
    ¡Hermano!: ¿te acuerdas de aquel verso: el amante se transforma en la cosa amada? Tenía razón el tipo. Desde ayer, a las 9.00 p.m., ya no soy yo, sino aquella muchachita, Melanie, ¿te acuerdas que te conté?; ajá, una que está bien buena; la que siempre se me sienta en la primera fila y después de clase se me queda metida en el despacho… y que para consultarme dudas sobre el texto que tenían asignado.

    LITERATURA COMPARADA
    Lo contrató Harvard; obviamente la tenía king size.

    REUNIÓN DE DEPARTAMENTO
    En las reuniones de departamento intentamos invocar a todos los espíritus del aire, el mar y la tierra. Nos tomamos de la mano alrededor de la mesa y cerramos los ojos, como a punto de levitar.
    Pero la secretaria que lleva la minuta ha sido la única auténticamente poseída (cada viernes, a partir de las seis de la tarde).

    (LOS ABAJO FIRMANTES, UN CÍRCULO DEL INFIERNO)
    …si se hace justicia, que sea para todos: ¿o acaso al par de italianos ése no se le debería también aplicar alguna pena? ¿El voyerismo, señoras y señores, no tiene castigo?

    FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
    Según Bertrand Russell, “nadie puede comprender la palabra queso si no tiene un conocimiento no lingüístico del queso” (“Logical Positivism”, Revue internationale de philosophie 4 [1950]: 1-18; cf. p.3).
    Que alguien me explique, entonces, por qué comprendo la palabra infierno.

    DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
    Denigraron de mí y los de mi especie; insultaron a todos los míos y a mi descendencia; me escupieron, patearon, empujaron. Alguien se lavó las manos después de rozarme. Fui el fracasado, la víctima de siempre, el idiota del barrio. Y me postergaron.
    Por eso aprendí a bailar.

    LO QUE FRANZ NO PUDO CONTAR (II)
    Al despertarse esa mañana después de un sobresaltado sueño, Gregor Samsa se halló convertido en su padre. Por supuesto, ya había cumplido los cuarenta.

    MITOLOGÍAS
    La cafeína comienza donde el mito acaba. Un día Narciso se despertó bruscamente mientras se contemplaba en la superficie del café: la imagen que vio allí era la de sus hijos. Iba a asombrarse, pero ni siquiera tuvo tiempo para eso: a las 8.34 a.m., el autobús escolar estaba a punto de pasar. Se bebió la imagen de un trago, tal como se bebería todas las otras, y salió del apartamento, todavía anudándose la corbata y arreando muchachos.

    SOMOS CUENTOS
    Somos contos contando contos
    PESSOA
    Me llamo Yo, pero no soy el que está escribiendo estas líneas. Él ha asumido la responsabilidad de pagar una hipoteca, las mensualidades del auto, las tarjetas de crédito y se esfuerza en no atrasarse con la luz, el teléfono, el agua. No quiere mencionar lo que le cuesta a la semana la guardería de la hija mayor ni lo que en los dos últimos meses ha tenido que invertir en pañales y fórmula láctea para los gemelos que le nacieron con un mes de anticipación. Su mujer se ha recuperado de la cesárea, pero trasnocharse, igual, no es fácil.
    Las vacaciones del que escribe pronto se acabarán. El lector puede adivinar el estado de ánimo en que se encuentra, preparándose, luego del permiso posnatal, para regresar a las rutinas, al toma y daca de clientes, secretarias y colegas. Lo más difícil es figurarse qué siente acerca de la noticia que una llamada de larga distancia acaba de darle: en la habitación de un hospital, en un país lejano, su padre espera impacientemente a la Muerte; en un rincón, silencioso, un Cáncer de largas barbas se ha sentado a velarle el sueño.
    El que no es Yo trata de materializarse en aquel lugar remoto, pero por supuesto no logra sino ejercitar su imaginación con la fantasía de acompañar a la madre y reconfortarla mostrándole fotos y hablándole de los nietos, y con la fantasía paralela de contarle al padre la misma historia, suponiendo que éste aún estuviera consciente para entenderla.
    Como todos los seres humanos, o la mayoría, el que no es Yo lleva ese peso a cuestas: está embarrado de vida y muerte. Ni las tristezas ni las alegrías lo dejan pensar con claridad porque, en el fondo, le consta que incluso los pensamientos son afectos (con delirios de grandeza). Nunca tendremos suficiente lucidez; no nos saltaremos las agonías ni dejaremos de lado, con aires de distracción, el último estertor del hombre que se aferra a las sábanas como si de algo le valiera.
    Yo también sostengo esa pesada carga, pero sólo de palabra. No es lo mismo decir que uno cambia un pañal que, en efecto, hacerlo, cediendo a los olores de la colonia, la vaselina y los excrementos. No es lo mismo hablar de la Muerte que saber que ella se ha instalado en nuestro origen, y aguarda sin agobio a que nos presentemos. Su sonrisa, al final de todo, será espléndida: la eternidad abrirá en ella sus grietas.
    El Yo que soy, a diferencia del que escribe estas líneas, no pone en duda que sus circunstancias sean ficticias. Me parece bien que haya dejado de ser ingenuo: cualquier Yo al que se refiera será uno más de sus inventos.

    FULL FATHOM FIVE
    A veces, padre, cuando te presiento, pienso que la Muerte no se parece a la madrina monstruosa de la que muchos hablan y escriben. No es un ángel exterminador ni nada del otro mundo: prefiere ser discreta y cotidiana; algo así como un permiso remunerado, o una jubilación radical.

    MANIFIESTO
    El fantasma de mi padre recorre el mundo.

    VOCACIONES
    Vea usted lo que son las cosas. En la vida tenemos que escoger, enfrentarnos a las decisiones más odiosas; y, por delante, uno lo que normalmente encuentra son caminos que se bifurcan. Que si a la derecha o a la izquierda. Que si esta novia o la otra. Que si quedarnos en este país o regresar a la tierra de nuestros padres. Que si este trabajo mal remunerado en Manhattan o el que paga todo-el-dinero-del-mundo, pero justo-en-el-fin-del-mundo, en la mitad mismísima de la nada, allá en North Dakota o quién sabe dónde. Yo lo que quería, desde antes de cumplir diez años, era ser escritor. No le puedo describir lo que sentía cuando lo pensaba. Llenaba cuadernos y cuadernos de historias; la mayoría, segundas partes de Stevenson o Salgari, como es natural a esa edad. Después, a los doce, empezó el Homero, y enseguida el Dante, y fíjese usted en que hasta intenté escribir una epopeya en tercetos encadenados. Los muchachos hacen cosas de ese tipo; bueno, los de antes: los de ahora, ya se sabe, no se despegan de las maquinitas. Yo era de la época de los libros. Y no había nada más importante, más imperioso. Leía, devoraba libros. Escribía. Por supuesto, a los veinte, uno se gradúa de ingeniero, o de abogado, o de periodista, pero no de escritor. ¿Para qué servía algo semejante? No para sostener una familia. Ingeniero, abogado, periodista. A los treinta comienzan a tenerse hijos e hipotecas y, con suerte, solo pocos problemas con la mujer de uno. A los cincuenta viene lo de pagar la educación universitaria de los muchachos, cosa que, a la larga, se siente como una prolongada liposucción. En fin, que se casan los hijos y se despiden hasta la próxima y, en eso, ya uno anda con los sesenta a cuestas. De pronto, con el respiro, lo que queda es preguntarse qué pasó. Qué pasó con todo. Adónde se fue. Dónde están aquellas epopeyas que uno quería pergeñar, o las novelas. Hay, eso sí, apuntes dispersos aquí y allá, montañas y montañas de escombros de obras imaginadas, que, con un poquitín de tiempo, quizá cuando me jubile, podrían cobrar forma. ¿Por qué no? Pero lo duro es repentinamente darse cuenta de que para ser escritor hace falta algo más que escribir o incluso escribir bien. Los contactos: los dichosos contactos. Ésos que se adquieren tras decenios de bregar en el medio; el medio ése con el que uno no está familiarizado por la sencilla razón de que la vida se gana con oficios más pedestres, prosaicos… sueldo fijo, seguro médico y cuota de jubilación. A estas alturas no hay nada que hacer. Sin embargo, a veces fantaseo con que cualquiera de las personas que encuentro en el metro, usted, por ejemplo, uno de esos desconocidos con que uno se desahoga sabiendo que al llegar a la estación, en dos o tres minutos, seguiremos siendo anónimos y extraños, cualquiera de esas personas, decía, al escuchar esto que sin ton ni son le cuento, de repente, aparte el New York Times que estaba leyendo, se ponga a sonreír y me diga: en efecto, amigo, vea usted lo que es la vida… Soy editor; trabajo para X & Y Publishers… Tome, ésta es mi dirección; mándeme su manuscrito, o vaya a entregármelo personalmente cuando guste. Pero, claro, esas cosas no suceden. Normalmente todos los desconocidos con los que me pongo a conversar actúan como usted: hunden la cara en el periódico; se mueven muy discretos en el asiento, alejándose poquito a poco. En cuanto el tren se acerca a la estación, saltan, corren, desaparecen como un soplido.
    Y lo dejan a uno con la palabra en la boca.

    CONTRA LOS ANGLICISMOS
    Una obra de ficción es la que ni siquiera existe —y yo, sin duda, soy el autor.

    PLAGIO
    —Arriba las manos: el cuento o la vida.

    ANUNCIOS CLASIFICADOS
    Oye, oye: ¿y qué tanto escribe el tipo ése? Cada vez que hay reunión de profesores allí está él, calladito, sin abrir la boca, escribe que escribe. ¿Para qué?, si nunca participa en los comités y se limita a dar sus clases, mirar el techo durante las horas de despacho y enseguida desaparecer sin haber dicho hola ni adiós…
    Oye, y ¿será verdad eso de que es raro? Tú sabes a qué me refiero: como ido. En la luna todo el día. Los alumnos se ponen nerviosos, porque llega la hora y el hombre anda atascado en su charla; solo para cuando se le desesperan y se van, lo siento profesor pero tengo otra clase. Ah, sí.
    ¿Escritor frustrado?… Pssst. Suena elegante. Para ser francos, no se sabe de nadie que haya tenido una conversación completa con él durante los últimos años. Demasiado vulgares para su gusto; no sabemos ni hablar las lenguas que enseñamos, dicen que dijo. Nos desprecia a todos. Éstos que se creen intelectuales… mira al tipejo: cara de bicho, ¿no? Habrá reñido con el papá en la niñez, je je: la neura le da por ataques a todo lo que represente autoridad; aquí se ha peleado con tres jefes, uno detrás de otro. Suerte que antes obtuvo la permanencia en el cargo, porque si no… Su primera mujer, claro, no lo aguantó; lo dejó y anda arrejuntada con aquel italiano del Departamento de Historia. Tenerlos rondando por allí, en la misma universidad, cada día: eso debe de roerle el hígado.
    Míralo: parece el más interesado en la reunión y toma notas sin parar. ¿Qué tanto apunta? Que no nos venga con cómicas: desde hace años que no hace más que escribir durante las asambleas del Departamento y, que se sepa, la que lleva la minuta es Gloria, la secretaria. Nadie ha leído jamás una redactada por él.
    Un día, la Gloria, que estaba sentado al lado suyo, nos vino con el chisme de que el tipo lo que hacía era escribir anuncios clasificados. Cuadraditos ínfimos llenos de letritas. No deja un espacio en limpio en toda la página y la letra chiquita, chiquitica, minúscula, como para leerla con lupa. Hasta marea. Je je. A ver si se consigue otro trabajo… bueno, no: ¿de quién nos reiríamos entonces? Así es la cosa. Lo de introvertido puede que sea cierto; aunque, para mí, no pasa de ser un tremendo pedante. Que no nos venga con poses ni historias: estas reuniones y sus deberes administrativos en general no le interesan para nada. Pa-ra-na-da. Es un presumido que se las da de Rey del Ateneo.
    Oye, y de verdad, de verdad, ¿qué carajo estará escribiendo?

    http://prodavinci.com/2010/04/04/anuncios-clasificados/
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    1 com

    Prórroga de inscripciones en el VI Congreso Internacional de Minificción. Bogotá 2010

    Atentamente les informamos que ha sido ampliado en un mes el plazo con descuento para las inscripciones al Congreso, cuyo cierre inicial estaba previsto para el próximo primero (1º) de abril del año en curso.

    La nueva fecha de cierre con descuento será el primero (1º) de mayo y el cierre definitivo de inscripciones será el primero (1º) de junio/2010. Siguen vigentes los valores de inscripción establecidos en la Segunda Circular.

    Más información: http://vicongresointernacionaldeminificcion.blogspot.com/
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